Instantes y detalles
Desbordante de presencia y personalidad, majestuoso e imponente, atento y defensivo es como se muestra el Toro en los corrales de la plaza antes de ser entorilado, es decir, conducido uno por uno, de dos en dos y hasta en trío por una ruta de callejones empedrados y corrales alternos hasta llegar a la antesala de los toriles, espacio determinado por el quemante sol de las 4 pm, por los gritos de “¡puerta-puerta!” que anuncia el paso del Toro y una especie de corona humana que se forma metros arriba con autoridades, aficionados y curiosos, todos expectantes, lo cual hace imaginar una ceremonia de coronación ofrecida al Toro. Respeto, paciencia y cautela frente al Toro fue la conducta que permitió realizar estas fotografías, mi agradecimiento a la nobleza de tan bello animal y a la cortesía de personas que me orientaron y permitieron estar presente, por lo tanto es una retribución a ambos.